Artículo de opinión: Las protestas violentas y no violentas
Desde los años 50’s en adelante, tanto mujeres, travestis, homosexuales y la mayoría de personas que son parte de la comunidad LGTBQ+ y del Feminismo como movimiento social, han peleado por el respeto y visibilización de su existencia y condiciones de vida en sociedad.
Durante esos años, realizaron innumerables protestas en varias partes de Argentina, con métodos como marchas, incendios y vandalismo a la propiedad del Estado.
Hoy en día 2024, el 8 de marzo durante la marcha feminista por el día internacional de la mujer, se vandalizo un templo evangélico de Lujan e incluso no fue la primera vez, dos años atrás sucedió lo mismo, siendo este templo escrito con pintura en aerosol en el frente.
No es necesario dañar propiedad ajena, afectar a personas que no van en contra de estas ideas y llegar a vulnerar el bienestar social al causar incendios en plazas, estructuras y calles.
Las personas del templo, según sus propias palabras, dijeron: “Estos actos, sin otro propósito que causar daño a la propiedad ajena y atacar el lugar de culto, afectaron a mujeres y hombres que profesan su fe en este espacio, quienes no han causado ningún perjuicio a los atacantes”
Por más que los ideales por los cuales marchan sean válidos, actos como estos genera desconfianza y cierto odio a aquellas personas participantes de las protestas.
La vandalización y el destrozo no son la vía adecuada para protestar, solo llevan al poder a personas que saben cómo usar la violencia pero que no son tan buenas para resolver problemas sin violencia. Es imprescindible buscar otros métodos.
Un ejemplo fue lo que se conoció como la Revolución de las rosas, en Georgia, cuando en 2003 y después de más de 20 días de protestas, un grupo de manifestantes que buscaban derrocar al presidente Eduard Shevardnadze, quien estaba envuelto en escándalos de corrupción, irrumpió en el parlamento llevando rosas en sus manos. Esto conllevó a su renuncia y a convocar nuevas elecciones.
Otro ejemplo es en Argentina, dónde se ejerció una gran presión en el Congreso año a año de forma pacífica, que reunió más y más gente para que se votara en favor de la ley por el aborto legal y seguro.
También las redes pueden hacer de forma de manifestación, la viralización permite que las personas se unan ante las injusticias sociales y ayuda a que las autoridades estén al tanto y conozcan las protestas de la gente. Que un ciudadano común y corriente entre a Instagram y empiece a ver que todos escriben #SOSColombia lo motiva a preguntarse y enterarse de esto, de alguna manera cambia la percepción acerca de ciertos temas. Que se busque información es valioso.
Una protesta no violenta es más útil a largo plazo que una violenta, ya que la violencia, esencialmente, no tiene impacto en la democratización. La no violencia construye la democracia, mientras que la violencia perpetúa la tiranía, en promedio, a largo plazo.
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