LA DEL MANICOMIO - Ornella Leonelli
Un día antes de venir, yo me había levantado con los peluches de siempre al lado mío, empece a tierna la cama hasta que me dijeron:
_¡Que mal lo haces! ¡tonta!
No le di importancia y sigue con mi día, empecé a picar un par de verduras así hacia mi receta de sopa. Cortaba cebolla y sobre mis caderas se pegaban esas manos que odiaba, esas manos estaba en una llamada con su jefe.
Yo no me di cuenta, el cuchillo solo se dirigió hacia su pecho, la llamada siguió en curso y el señor del otro lado escuchó todos los gritos de esas manos que odiaba, mientras yo lo apuñalaba.
Rompí el celular con la esperanza de que se jefe no supiera dónde está y en ese mismo instante se empezaron a reflejar las luces de la patrulla sobre la única ventiluz que tenía en ese espacio.
Al llegar la policía no tardaron en darse cuenta en las condiciones que me tenían esas manos que odiaba, no saben si fue un milagro o lo peor que pudieron haber visto.
Enseguida me llevaron a la comisaría, donde confesé y relaté todo lo que era vivir en ese encierro.
Por exámenes físicos y psicológicos estoy aca adentro, mi caso no es de asesinato sino de defensa personal, aun así, el cobario que me pasa dejo aca dentro.
_ Gracias por escucharme.
*procede a escucharse aplausos* .
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